yo soy el camino de sangre

  Duración

  Trueno y viento: duración

  I Ching

  I

  Negro el cielo Amarilla la tierra

  El gallo desgarra la noche

  El agua se levanta y pregunta la hora

  El viento se levanta y pregunta por ti

  Pasa un caballo blanco

  II

  Como el bosque en su lecho de hojas

  tú duermes en tu lecho de lluvia

  tú cantas en tu lecho de viento

  tú besas en tu lecho de chispas

  III

  Olor vehemencia numerosa

  cuerpo de muchas manos

  Sobre un tallo invisible

  una sola blancura

  IV

  Habla escucha respóndeme

  lo que dice el trueno

  lo comprende el bosque

  V

  Entro por tus ojos

  sales por mi boca

  Duermes en mi sangre

  despierto en tu frente

  VI

  Te hablaré un lenguaje de piedra

  (respondes con un monosílabo verde)

  Te hablaré un lenguaje de nieve

  (respondes con un abanico de abejas)

  Te hablaré un lenguaje de agua

  (respondes con una canoa de relámpagos)

  Te hablaré un lenguaje de sangre

  (respondes con una torre de pájaros)

  Palpar

  Mis manos

  abren las cortinas de tu ser

  te visten con otra desnudez

  descubren los cuerpos de tu cuerpo

  Mis manos

  inventan otro cuerpo a tu cuerpo

  Complementarios

  En mi cuerpo tú buscas al monte,

  a su sol enterrado en el bosque.

  En tu cuerpo yo busco la barca

  en mitad de la noche perdida.

  Rotación

  Alta columna de latidos

  sobre el eje inmóvil del tiempo

  el sol te viste y te desnuda

  El día se desprende de tu cuerpo

  y se pierde en tu noche

  La noche se desprende de tu día

  y se pierde en tu cuerpo

  Nunca eres la misma

  acabas siempre de llegar

  estás aquí desde el principio

  El puente

  Entre ahora y ahora,

  entre yo soy y tú eres,

  la palabra puente.

  Entras en ti misma

  al entrar en ella:

  como un anillo

  el mundo se cierra.

  De una orilla a la otra

  siempre se tiende un cuerpo,

  un arco iris.

  Yo dormiré bajo sus arcos.

  Interior

  Pensamientos en guerra

  quieren romper mi frente

  Por caminos de pájaros

  avanza la escritura

  La mano piensa en voz alta

  una palabra llama a otra

  En la hoja en que escribo

  van y vienen los seres que veo

  El libro y el cuaderno

  repliegan las alas y reposan

  Ya encendieron las lámparas

  la hora se abre y cierra como un lecho

  Con medias rojas y cara pálida

  entran tú y la noche

  A través

  Doblo la página del día,

  escribo lo que me dicta

  el movimiento de tus pestañas.

  *

  Entro en ti,

  veracidad de la tiniebla.

  Quiero las evidencias de lo obscuro,

  beber el vino negro:

  toma mis ojos y reviéntalos.

  *

  Una gota de noche

  sobre la punta de tus senos:

  enigmas del clavel.

  *

  Al cerrar los ojos

  los abro dentro de tus ojos.

  *

  En su lecho granate

  siempre está despierta

  y húmeda tu lengua.

  *

  Hay fuentes

  en el jardín de tus arterias.

  *

  Con una máscara de sangre

  atravieso tu pensamiento en blanco:

  desmemoria me guía

  hacia el reverso de la vida.

  Pares y nones

  Una palabra de poco peso

  para saludar al día

  una palabra de vuelo a vela

  ¡Ah!

  *

  Grandes ojeras

  en tu cara todavía es de noche

  *

  Invisible collar de miradas

  a tu garganta encadenadas

  *

  Mientras los periódicos

  se deshojan

  tú te cubres de pájaros

  *

  Estamos como el agua en el agua

  como el agua que guarda el secreto

  *

  Una mirada te enlaza

  otra te desenlaza

  La transparencia te desvanece

  *

  Tus dos pechos entre mis manos

  agua otra vez despeñada

  *

  De un balcón (El abanico)

  a otro balcón (se abre)

  salta el sol (y se cierra)

  Alba última

  Tus cabellos se pierden en el bosque,

  tus pies tocan los míos.

  Dormida eres más grande que la noche

  pero tu sueño cabe en este cuarto.

  ¡Cuánto somos qué poco somos!

  Afuera pasa un taxi

  con su carga de espectros.

  El río que se va siempre

  está de regreso.

  ¿Mañana será otro día?

  Salamandra

  Salamandra (negra

  armadura viste el fuego)

  calorífero de combustión lenta

  entre las fauces de la chimenea

  —o mármol o ladrillo—tortuga estática

  o agazapado guerrero japonés

  y una u otro —el martirio es reposo—

  impasible en la tortura

  Salamandra

  nombre antiguo del fuego

  y antídoto antiguo contra el fuego

  y desollada planta sobre brasas

  amianto amante amianto

  Salamandra en la ciudad abstracta

  entre las geometrías vertiginosas

  —vidrio cemento piedra hierro—

  formidables quimeras

  levantadas por el cálculo

  multiplicadas por el lucro

  al flanco del muro anónimo

  amapola súbita

  Salamandra

  garra amarilla roja escritura

  en la pared de sal garra de sol

  sobre el montón de huesos

  Salamandra estrella caída

  en el sinfín del ópalo sangriento

  sepultada

  bajo los párpados del sílex

  niña perdida

  en el túnel del ónix

  en los círculos del basalto

  enterrada semilla grano de energía

  dormida en la medula del granito

  Salamandra niña dinamitera

  en el pecho azul y negro del hierro

  estallas como un sol

  te abres como una herida

  hablas como una fuente

  Salamandra espiga

  hija del fuego

 
espíritu del fuego

  condensación de la sangre

  sublimación de la sangre

  evaporación de la sangre

  Salamandra de aire

  la roca es llama la llama es humo

  vapor rojo recta plegaria

  alta palabra de alabanza

  exclamación corona de incendio

  en la testa del himno

  reina escarlata

  (y muchacha de medias moradas

  corriendo despeinada por el bosque)

  Salamandra animal taciturno

  negro paño de lágrimas de azufre

  (Un húmedo verano

  entre las baldosas desunidas

  de un patio petrificado por la luna

  oí vibrar tu cola cilíndrica)

  Salamandra caucásica

  en la espalda cenicienta de la peña

  aparece y desaparece

  breve y negra lengüeta

  moteada de azafrán

  Salamandra

  bicho negro y brillante

  escalofrío del musgo

  devorador de insectos

  heraldo diminuto del chubasco

  y familiar de la centella

  (Fecundación interna

  reproducción ovípara

  las crías viven en el agua

  ya adultas nadan con torpeza)

  Salamandra

  Puente colgante entre las eras

  puente de sangre fría

  eje del movimiento

  (Los cambios de la alpina

  la especie más esbelta

  se cumplen en el claustro de la madre

  Entre los huevecillos se logran dos apenas

  y hasta el alumbramiento

  medran los embriones en un caldo nutricio

  la masa fraternal de huevos abortados)

  La salamandra española

  montañesa negra y roja

  No late el sol clavado en la mitad del cielo

  no respira

  no comienza la vida sin la sangre

  sin la brasa del sacrificio

  no se mueve la rueda de los días

  Xólotl se niega a consumirse

  se escondió en el maíz pero lo hallaron

  se escondió en el maguey pero lo hallaron

  cayó en el agua y fue el pez axólotl

  el dos-seres y «luego lo mataron»

  Comenzó el movimiento anduvo el mundo

  la procesión de fechas y de nombres

  Xólotl el perro guía del infierno

  el que desenterró los huesos de los padres

  el que coció los huesos en la olla

  el que encendió la lumbre de los años

  el hacedor de hombres

  Xólotl el penitente

  el ojo reventado que llora por nosotros

  Xólotl la larva de la mariposa

  el doble de la Estrella

  el caracol marino

  la otra cara del Señor de la Aurora

  Xólotl el ajolote

  Salamandra

  dardo solar lámpara de la luna

  columna del mediodía

  nombre de mujer

  balanza de la noche

  (El infinito peso de la luz

  un adarme de sombra en tus pestañas)

  Salamandra llama negra

  heliotropo sol tú misma

  y luna siempre en torno de ti misma

  granada que se abre cada noche

  astro fijo en la frente del cielo

  y latido del mar y luz ya quieta

  mente sobre el vaivén del mar abierta

  Salamandria

  saurio de unos ocho centímetros

  vive en las grietas y es color de polvo

  Salamandra de tierra y de agua

  piedra verde en la boca de los muertos

  piedra de encarnación

  piedra de lumbre

  sudor de la tierra

  sal llameante y quemante

  sal de la destrucción

  y máscara de cal que consume los rostros

  Salamandra de aire y de fuego

  avispero de soles

  roja palabra del principio

  La salamandra es un lagarto

  su lengua termina en un dardo

  su cola termina en un dardo

  Es inasible Es indecible

  reposa sobre brasas

  reina sobre tizones

  Si en la llama se esculpe

  su monumento incendia

  El fuego es su pasión es su paciencia

  Salamadre Aguamadre

  from

  Ladera este

  * * * *

  East Slope

  [1962–1968]

  The Balcony

  Stillness

  in the middle of the night

  not adrift with centuries

  not spreading out nailed

  like a fixed idea

  to the center of incandescence

  Delhi Two tall syllables

  surrounded by insomnia and sand

  I say them in a low voice

  Nothing moves

  the hour grows stretching out

  It’s summer

  tide that spills over

  I hear the low sky vibrate

  over lethargic plains

  Great masses obscene conclaves

  clouds full of insects

  flatten the vague dwarfed bulks

  (Tomorrow they’ll have names

  they’ll stand up and be houses

  tomorrow they’ll be trees)

  Nothing moves

  The hour is larger and I more alone

  nailed to the center of the whirlwind

  If I stretch out my hand

  the air is a spongy body

  a promiscuous faceless being

  Leaning over the balcony I see

  (Never lean on a balcony

  when you’re alone,

  the Chinese poet writes)

  It is not height nor the night and its moon

  it is not the infinities that can be seen

  but memory and its vertigoes

  This that I see this spinning

  is the tricks the traps

  behind it there is nothing

  it is the whirlwind of days

  (Throne of bone throne of noon

  that island On its lion-colored cliffs

  I saw for an instant true life

  It had the face of death

  the same face dissolved

  in the same sparkling sea)

  What you have lived you will unlive today

  you are not there but here

  I am here at my beginning

  I don’t deny myself I sustain myself

  Leaning over the balcony I see

  huge clouds and a piece of the moon

  all that is visible here

  people houses the real the present

  conquered by the hour and all the invisible

  here my horizon

  If this beginning is a beginning

  it does not begin with me I begin with it

  I perpetuate myself in it

  Leaning over the balcony

  I see this distance that is so close

  I don’t know what to call it

  though I touch it with my thoughts

  The night founders

  the city like a mountain fallen

  white lights blues yellows

  sudden headlights walls of disgrace

  and the terrible clusters

  the clumps of peop
le and animals on the ground

  and the bramble of their tangled dreams

  Old Delhi fetid Delhi

  alleys and little squares and mosques

  like a stabbed body

  like a buried garden

  For centuries it has rained dust

  your cape is a dust-cloud

  your pillow a broken brick

  On a fig leaf

  you eat the leftovers of your gods

  your temples are bordellos of the incurable

  you are covered with ants

  abandoned courtyard ruined mausoleum

  you are naked like a violated corpse

  they stole your jewels and your burial clothes

  You were covered with poems

  your whole body was writing

  remember recover the words

  you are beautiful you know how to talk and sing and dance

  Delhi two towers

  planted on the plains two tall syllables

  I say them in a low voice

  leaning over the balcony nailed

  not to the ground but to its vertigo

  to the center of incandescence

  I was there I don’t know where

  I am here I don’t know is where

  Not the earth time

  holds me in its empty hands

  Night and moon movements of clouds

  tremor of trees stupor of space

  infinity and violence in the air

  furious dust that wakes

  The lights are on at the airport

  murmur of song from the Red Fort

  Distances pilgrim’s steps are a vagabond music

  on this fragile bridge of words

  The hour lifts me

  time suffers hungry for incarnation

  Beyond myself

  somewhere I wait for my arrival

  Humayun’s Tomb

  To the debate of wasps

  the dialectic of monkeys

  the chirping of statistics

  it offers (tall pink flame

  made of stone and air and birds

  time at rest on the water)

  the architecture of silence

  In the Lodi Gardens

  for Claude Esteban

  The black, pensive, dense

  domes of the mausoleums

  suddenly shot birds

  into the unanimous blue

  The Day in Udaipur

  White palace,

  white on the black lake.